¿Debemos pedir a la UE que ponga fin a los tribunales para privilegiados en los que sólo las empresas y los ricos pueden demandar?

 

El cambio climático es la mayor amenaza ambiental a la que se ha enfrentado la humanidad.

Pero las compañías de combustibles fósiles más contaminantes quieren bloquear cualquier progreso en energía limpia para seguir ganando dinero. Tienen un arma secreta para hacerlo: el Mecanismo de Solución de Diferencias entre Inversores y Estados (ISDS según sus siglas en inglés).

ISDS es un sistema de tribunales paralelos que sólo es accesible a las grandes empresas, y que ha sido utilizado para demandar a los gobiernos. Por ejemplo, podrían utilizar este tribunal para bloquear las restricciones a las centrales del carbón o para evitar que la gente intente combatir el fracking.

Si no actuamos, en 2019 se firmarán nuevos tratados europeos que permitirán a las grandes empresas el privilegio de utilizar este sistema de justicia paralelo para demandar a los gobiernos.

Esto podría bloquear cualquier avance de las políticas climáticas europeas y de la transición energética.

No sólo tenemos que abolir estos tribunales, sino que además hemos de sustituirlos por un tribunal mundial que pueda castigar a las empresas por sus abusos. Esto no es una utopía. Ya está ocurriendo en la ONU en forma de un tratado vinculante que está siendo negociado por los delegados de todos los gobiernos.