¿Debemos pedir a la UE que ponga fin a los tribunales para privilegiados en los que sólo las empresas y los ricos pueden realizar demandas?

Vivimos en la era del poder de las grandes empresas.

Los gobiernos hacen lo que quieren las grandes compañías y nuestros políticos compiten por su apoyo. El mundo está en sus manos.

Aún así todavía no están satisfechas. Quieren más. Quieren su propio sistema de justicia. Todo un sistema paralelo de tribunales de los súper ricos, para los súper ricos.

Este sistema se conoce como mecanismo para la Solución de Controversias entre Inversores y Estados (ISDS por sus siglas en inglés). Permite a las multinacionales y a los súper ricos demandar a los gobiernos por tomar decisiones que no les gustan sobre, por ejemplo, medio ambiente, derechos de los trabajadores, salud y seguridad, y derechos sobre la tierra.

El apoyo de la UE a un sistema tóxico tan injusto debe ser cuestionado. Necesitamos limitar el poder corporativo. No sólo tenemos que abolir totalmente la ISDS, sino que además hemos de sustituir este mecanismo por un tribunal mundial que pueda castigar a las empresas por sus abusos de los derechos humanos.

Esto no es una utopía. Ya está ocurriendo en la ONU en forma de un tratado vinculante que está siendo negociado por delegados de países de todo el mundo.

Los gobiernos de los Estados miembros de la UE no pueden negar la justicia a los más vulnerables al tiempo que conceden un sistema especial para defender los derechos de los super-ricos.