Por primera vez desde que la Unión Europea existe, la Comisión Europea, fuertemente presionada por la industria armamentística, pretende destinar miles de millones de los fondos públicos al desarrollo de tecnología militar avanzada. El objetivo de estos subsidios es preservar la competitividad de la industria armamentística y su capacidad de exportar, incluso a países que contribuyen a la inestabilidad y que participan en sangrientos conflictos. Y esto es solo el principio, su objetivo a largo plazo es establecer un programa por valor de 3.500 millones de euros.

Goldman Sachs, la sociedad bancaria que jugó un papel central en el origen de la crisis financiera del 2008, ha encontrado  la manera de asegurarse de que la UE vela por sus intereses: contratar  al expresidente de la Comisión Europea, el Sr. Barroso. Barroso consiguió una gran influencia política, contactos e información privilegiada gracias a su cargo público, que ahora podría utilizar en beneficio de una de las sociedades bancarias más polémicas.

Los gobiernos europeos han fallado en proveer ayuda y una recepción digna a las personas más vulnerables del mundo que llegan a las costas europeas. A menudo, ha sido la ciudadanía quien ha asumido la labor de ofrecer ayuda humanitaria a aquellos que tan desesperadamente la necesitan.

Tras la reacción extremadamente desproporcionada en contra de los instigadores del fallido golpe militar, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, no ha dejado pasar la oportunidad de lanzar un ataque a gran escala en contra de la democracia y el estado de derecho. Más de 130.000 europeos añadieron su nombre a nuestro llamamiento para que se suspendiesen todas las negociaciones de adhesión de Turquía a la UE y para que se tomaran las medidas necesarias para garantizar que se respetan los derechos humanos y el estado de derecho en Turquía.

En menos de una semana, más de 65.000 personas en toda Europa firmaron en contra de la financiación de la energía nuclear con dinero público europeo. Gracias a esta increíble reacción, conseguimos llevar la voz de la ciudadanía europea a la mesa de negociaciones.  

Mientras que los ciudadanos tienen que pagar sus impuestos, la mayoría de países en Europa dejan que las ricas multinacionales sigan eludiendo miles de millones de euros.

La Comisión Europea planea conceder más privilegios a las multinacionales para que estas puedan demandar a los países europeos, a pesar de la gran presión pública que existe en contra de ello. De hecho, 93.000 de vosotros ya habéis firmado. Sabemos que esta batalla será larga, pero también sabemos que vale la pena luchar, por eso seguimos al pie del cañón.

Más de 47.000 europeos pidieron a los dirigentes de la UE que tomaran partido en la lucha contra el fraude, la evasión fiscal y el blanqueo de capitales. Nosotros nos encargamos de entregar todas las firmas a los miembros del Consejo Europeo. Posteriormente, en junio, el Parlamento Europeo creó un Comité de Investigación sobre los Papeles de Panamá con el fin de investigar la desastrosa aplicación de la legislación europea en materia de blanqueo de dinero, elusión fiscal y evasión fiscal. Todavía queda mucho por hacer, ¡pero este es un gran comienzo!

La Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) permite que las personas participen directamente en la creación de leyes en la UE. Más de seis millones de europeos ya han utilizado esta iniciativa para defender la libertad de prensa, el agua como bien público, una mayor restricción en los ensayos con animales, una educación de calidad y accesible, y muchos otros asuntos de interés público. Lamentablemente, hasta ahora, la  ICE no se ha aplicado eficazmente.